miércoles, 10 de junio de 2015

A veces camino por un sendero teñido de quienes se rompieron a la más leve brisa de viento.
A prueba y error trato de componer los huesos,
Hilvanando cada historia.
Las adhiero a mi piel.
Las hojas secas se tatúan en mi piel.
Y dejo que la transparencia me invada.
Tan sencillo resulta camuflarse con la sangre de los caídos.
Dejo que mis dedos tracen un recorrido de arco iris en mis mejillas.
Esconden mi piel de porcelana y el viento sopla, intenta y no puede romperme.
No hay nada en mí para romper.
Porque yo soy la nada disimulando ser.

Teñida de colores a mitad de camino soy el sendero de las personas rotas.

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