viernes, 1 de febrero de 2013

Es increíble como mi estado de animo depende tanto de la gente.
Estando sola, sin nadie, ABSOLUTAMENTE nadie a quien le importe, siento dos cosas: 
Primero tranquilidad, no siento presión, como no le intereso a nadie, puedo ser un perfecto desperdicio sin que me digan nada.
Pero al mismo tiempo deprime no tener a nadie.
O sea, tengo a mi familia, podría ser peor.
Pero de todos modos, siento que el dolor y la tristeza pasaron a ser una parte tan natural de mi, que ya no siento nada.

¿Qué voy a hacer cuando empiecen las clases?
No se si pueda tolerar otro año tan horrible como el anterior.
Todo tiene un limite.

Y más allá de poner una postura de piba relajada que no le importa nada, se que soy una ruina por dentro.
Como me odio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario