sábado, 26 de octubre de 2013

Reflexiones Sorpresas

Necesito hacer una pequeña reflexión, que va de la mano con la cantidad de cosas que quiero escribir, pero que no puedo poner en orden.
¿Qué tanto nos puede descolocar que nuestra vida gire 180°?
Quiero usar como ejemplo un caso común, por ejemplo, un divorcio, un abuso, una infidelidad. (cuando digo que son comunes, no las estoy menospreciando, que conste)
Uno por ahí tiende a proyectar, a idear, y, ante algo que realmente destroce todo lo que se había construido e imaginado uno puede desequilibrarse completamente.

Si uno pasa una infancia relativamente normal, tiende a imaginarse que sus papás son perfectos y que se aman. Porque así es como las cosas tienen que funcionar. Y sin embargo, al pasar unos años y la mente comienza a ampliarse, uno se da cuenta que no es tanto el amor lo que une a sus papás, que las discusiones son continuas, e incluso recurren a la violencia y a los gritos, y al llanto. Y sin embargo siguen juntos. Entonces su concepción de lo que es el amor es alterada, ya no sabe bien como funcionan las cosas, pero sigue sintiéndose bien, porque empieza a entender que si bien sus papás no son perfectos, y pelean, no es grave, porque se quieren. porque siguen juntos.

Pasa un tiempo, y empieza el colegio, y de nuevo nada parece tener sentido. Porque sus compañeros básicamente le dan la espalda. O lo que es peor, la molestan. La agreden, y no entiende bien por qué, pero así sucede. Y entonces cambia, cambia porque solamente de ese modo podrían no molestar más. Y funciona, por un instante, pero nadie puede esconderse de sí mismo por demasiado tiempo.

Eso me da a entender lo mucho que la gente necesita dejar de pensar.
Hace ya un tiempo que opté por un estilo de vida de relajación, casi de indiferencia. De por sí nunca me gustaron las sorpresas, desde mi experiencia, las sorpresas nunca me trajeron nada bueno. Si uno mantiene la mente en todas las posibilidades que una acción puede traer, se ahorra varios disgustos.
Yo soy una gran creyente de que la ignorancia va de la mano de la felicidad. Es algo que afirmo y recontra afirmo. Pero también soy de esas personas que prefieren la verdad, más allá de todo dolor y decepción que puedan traer.

Ahora bien, hay situaciones y personas que pueden traer caos a la vida de cualquiera, ya sea a propósito o sin querer.
Eso depende de que tanto esa persona o situación se compenetre en nosotros.
Yo tuve un problema una vez, una situación, bastante importante. Con el marido de mi tía. Lo entendí años más tarde, y me acordé casi por accidente. Fue por un comentario de mi mamá, en una de nuestras discusiones habituales hace un tiempo atrás, me dijo que yo había cambiado demasiado a partir de los ocho años. Lo cual tiene bastante sentido.
A lo que voy es qué, la gente y las distintas cosas pueden afectarnos solo si nosotros queremos. Yo no quiero vivir siendo mi peor recuerdo. Yo quiero vivir, y aprender. Y no odiar, y no compadecerme. Y dejar ir las cosas, porque de ese modo es más fácil.
Solo eso.


2 comentarios:

  1. Qué pasó con el marido de tu tía?

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  2. Es un tema delicado.
    Así, a grandes rasgos puedo decirte que el tipo era un pedofilo. Y bueno, no sé, es algo de lo nunca hablé con nadie.

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