A veces camino por un sendero teñido de
quienes se rompieron a la más leve brisa de viento.
A prueba y error trato de componer los
huesos,
Hilvanando cada historia.
Las adhiero a mi piel.
Las hojas secas se tatúan en mi piel.
Y dejo que la transparencia me invada.
Tan sencillo resulta camuflarse con la
sangre de los caídos.
Dejo que mis dedos tracen un recorrido
de arco iris en mis mejillas.
Esconden mi piel de porcelana y el
viento sopla, intenta y no puede romperme.
No hay nada en mí para romper.
Porque yo soy la nada disimulando ser.
Teñida de colores a mitad de camino soy
el sendero de las personas rotas.
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