A veces me resulta difícil entender los chiquitos que somos, como humanidad; comparado a todo. Mismo los árboles, el océano, el universo en general. Hay tantas cosas, tantas oportunidades.
Tan poco tiempo.
Y sin embargo, sin embargo, me cuesta tanto.
Intento que no, y creo que estoy bastante mejor de lo que estuve años atrás. Al menos ahora me siento más consciente, tanto de mis falencias como de mis mejoras, que a veces me cuesta reconocer, pero sé que están ahí.
A veces lamento un poco como todo esto me hizo alejarme tanto de la gente, mi propia soledad auto impuesta, a veces se me ocurre que las cosas podrían haber sido un poco diferentes. Yo podría haber sido diferente, un poco más atenta, un poco más valiente.
Pero eso es lo que tiene la vida. Oportunidades las tenes; miles, todo el tiempo. Van mano a mano con las personas que van apareciendo, los lugares, los libros oportunos. Una salida, un proyecto. Son señales que tenes que saber reconocer, como un libro que leí, lo cual es cierto.
La vida busca que te aferres a ella. Y yo quiero hacer eso, de una vez por todas.
No quiero sobrevivir, quiero vivir.
Dejé muchísimo tiempo sin publicar nada, casi sin escribir. Sin leer, sin salir de casa. Ya está, ya fue.
Voy a volver a buscarme, voy a encontrarme. Eventualmente voy a entenderme.
Es lo que hay, chicos, es lo que somos.
Lo cual esta bien, nadie nace sabiendo y entendiendo.
Hay que tratar, y ver que onda.
Es hermoso ver el cielo por las noches.
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