Tenemos en la mente la capacidad de vivir y
ser todo lo que queremos, todo lo que deseamos. Y sin embargo, nos deprimimos,
nos amargamos y dejamos que los demás nos digan que tenemos que hacer, pensar o
sentir. ¿Por qué vivir de ese modo? Yo ya no quiero dejar de ser todo lo que quiero.
No quiero llorar por no estar en donde creo que debo estar, por no tener lo que
creo que me haría feliz, o por no ser lo que los demás son.
Hay que disfrutar lo que se tiene, sabiendo que puede
perderse, porque eso hace que se disfrute más a pleno.
Y no encariñarse con situaciones efímeras, o inexistentes.
No hay que dejarse llevar por la ilusión, porque te hace
vulnerable, y es más fácil que te tomen por estúpida/o así.
No imaginarse situaciones a futuro, porque, siempre todo es
tan impredecible, y no hay que olvidar que el destino nos maneja a su capricho,
se crea o no
Hay que vivir sabiendo que nada es para
siempre, esperando que la gente te cague, porque después podes o no
sorprenderte si pasa, o sorprenderte al darte cuenta que las cosas no eran como
imaginabas.
La vida,
dicho del modo más cliché posible, no es lo suficientemente larga. El mañana es
inexistente, y cada día nuevo puede ser considerado un borrón y cuenta nueva. Y
todas esas cosas cursis que la gente dice (? que son ciertas, dicho sea de
paso.
Por eso
elijo no deprimirme más, dejar que la vida sea lo que tiene que ser, que la
gente sea lo que tiene que ser, porque todos tenemos que aprender a vivir del
modo en que nos hace feliz.
Y listo,
demasiada filosofía por hoy ¬¬
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